Lerma

Ayer fue un día muy especial. Ayer, estuve en Lerma!!

Lerma es un pueblo cerca de Burgos en el que se está dando un auténtico milagro vocacional, especialmente para estos tiempos que vivimos, en los que casi siempre nos hacen creer que todo lo que tenga que ver con Dios ha de ser anticuado, ñoño y triste. Nada más lejos de la realidad!!

En el convento de las Clarisas se congregan más de 120 jóvenes y seguramente serían más si dispusieran de más espacio, que ya se queda un poco justo. 120 chicas, algunas de las cuales, han renunciado a su vida empresarial de éxito, a su carrera de prestigio científico o a un futuro de pasarela por estar allí para entregarse por completo a Dios.

El motivo de ir hasta allí es que Idoia, una chica que conocimos en la parroquia y con la que hemos compartido camino de Santiago y no pocas vivencias, tras un periodo de discernimiento ha entrado en el convento. Ahora es feliz.

El bus salió de Oviedo a las 11h, pero a mí se me torció la mañana en el trabajo y no pude llegar a tiempo a esta salida del grupo de gente de Oviedo y Avilés. Así que nada, terminé lo que me obligaba a quedarme en el curro y coche en mano, me dispuse a lanzarme hasta Lerma recorriendo los 300 y pico kilómetros que me separaban del destino. A las 16h habría un encuentro con las hermanas y a las 17h la misa de aceptación de nuestra amiga.

Yo estimaba que llegaría a Lerma entre una cosa y la siguiente... y así fue. Aparco el coche tras preguntar las indicaciones para llegar y busco el lugar de reunión. Tras el pórtico veo un pequeño vestíbulo y unas escaleras. Risas en la parte superior. Me asomo ligeramente y reconozco en la lejanía a la gente de la parroquia. Subo las escaleras y al girar para atravesar la puerta del locutorio, me encuentro con más e 70 monjas allí delante. A LU CI NANNN TEEE!!

Miras a una y dices "esa tendrá unos 30". A la otra y piensas "aquella no más de 20" y así con todas.

Durante la tertulia anterior y posterior a la Eucaristía, testimonios, canciones y preguntas en las que todas ellas transmiten una alegría especial e inconfundible que proviene de Dios.

A los que seáis de fe, si no habéis estado, que si podéis, no os perdáis la oportunidad de hacer una visita y compartir con estas hermanas vuestras fe en Cristo.

A los que paséis algo de estos temas, si podéis, no os perdáis la oportunidad de hacer una visita breve y experimentar, sólo con hablar con ellas, la felicidad que derraman estas monjas y que en la sociedad consumista y egoísta en la que vivimos a veces es tan difícil experimentar.

No tengáis miedo!!!