Botadura del 450
Esta semana tuvo lugar la botadura del buque 450 de Astilleros Gondán.
Dicho así, a muchos no les dirá gran cosa, pero es que la botadura de un buque, en el mundillo "astillero", es un acontecimiento muy importante, un hito dentro de la construcción que implica que se han alcanzado una serie de metas y objetivos.
En el caso de Gondán, las construcciones se llevan a cabo en grada... no hay otra opción... Una vez alcanzado un punto de la construcción, los barcos se lanzan al mar, de forma controlada, por la pendiente y se trasladan a una zona de muelle en la que se finaliza la construcción. Como es lógico, para que un barco se pueda "botar" será necesario que el casco esté perfectamente cerrado, que las hélices y líneas de ejes estén perfectamente instaladas, y una serie de condicionantes que nos dicen que el buque está preparado para ser lanzado.
Aunque todo este proceso se hace bajo unos cálculos minuciosos y rigurosos, las botaduras siempre tienen un elemento de incertidumbre... de nerviosismo... porque uno nunca sabe a ciencia cierta, cómo va a reaccionar el "bicho" una vez que se inicie el descenso por la rampa. Los implicados y responsables de la maniobra siempre están muy tensos antes y durante el evento, que, a menudo, suele admitir visitantes que se unen a la jornada "festiva".
Aunque en esta ocasión las vacaciones me han impedido poder disfrutar del acontecimiento, sé, por mis compañeros, que todo ha ido bien y que el "Stril Merkur" bajó por la rampa como estaba previsto y se encuentra felizmente amarrado en el muelle de Gondán. Los noruegos pueden dormir tranquilos... :-)
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