"Brasil" y el síndrome del nido
Se supone que a las mujeres, en la última etapa del embarazo, les da por recoger y limpiar la casa como locas, cual pájaros preparando su nidito para los nuevos polluelos. Esto que se conoce como "síndrome del nido", me ha empezado a dar a mí ya estos días, a mitad del embarazo, y con visos de ir en aumento a lo largo del verano (prepárate, Nachín).
A mí las tareas del hogar no me han entusiasmado nunca. Las hago porque no me queda más remedio, pero sí que es verdad que me ha dado por iniciar, en estos días, alguna obra en casa de esas que tienes en mente y vas posponiendo para tiempos de más motivación.
Supongo que afectados por la crisis, recibí con sorpresa la noticia de que vendrían a hacerme la pequeña reforma en apenas una semana, de manera que se me juntó la colocación de un friso por parte de Nacho, con los albañiles levantando un murete de pavés en el bajo cubierta. Ni que decir tiene que tenemos la casa como un campo de batalla, todo sucio, con hombres subiendo y bajando a distintas horas del día, y con un poco de caos sin saber dónde ponerte a tener un momento de tranquilidad...
Lo mejor de todos estos días de obras, es haber conocido a "Brasil"... pobre hombre/chaval del país de la samba al que "engañaron" vilmente para hacer un poco el "tarzán" en nuestra casa con pocos medios. La verdad es que me dio pena ver que le dejaban sólo abordando la obra de pladur que rodea al pavés. Un auténtico "superviviente" que se adaptó a la pequeña dificultad de la obra sin rechistar y sin poner malas caras.
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