1er encuentro familiar
Hace ya tres semana desde que vivimos este encuentro en Covadonga y la verdad es que aún dura la sensación de haber pasado un día guapo.
Volvimos a reunirnos todos aquellos que un día de uno u otro modo, participamos (o participan aún) en la vida parroquial de San Francisco de Asís en Oviedo y que ahora por diferentes motivos, nos encontramos en diáspora por el mundo. Ahora somos un poco más viejos, más calvos y más gordos ;), pero mantenemos aquel espíritu jovial, juvenil y novedoso de aquellos años. Además ahora venimos con un montón de niños (y otros en camino), que renuevan la frescura del encuentro.
Un momento para encontrarnos de nuevo, para compartir mantel y sobre todo, lo fundamental que nos une que es la fe.
Una pequeña oración en la cueva a la que no pudimos llegar todos por el jaleo que había de gente y una preciosa Eucaristía en la cripta de la basílica.
Este primer encuentro, por ser el primero, has sido un poco más íntimo y para los que nos conocemos más, para ver cómo salía la cosa (ver si era mucho el desmadre de los niños, comprobar si se puede celebrar la misa con ellos correteando por ahí,...). En vista del resultado POSITIVO, parece que para Navidad se hará el segundo encuentro. Aquí se pretende que pueda venir todo aquel que conociendo el plan, le guste y quiera participar. Ya os iremos avisando. ¡Estáis invitados!.
Gracias a Javi por ese don de mover a la gente y ser un poco el que en la sombra el que fue montando este encuentro.
Siempre que hay algo así recuerdo a Tasio, el mejor sacristán que pasó por San Francisco. Con su ruda sabiduría, ya cuando teníamos sobre 20 años y estábamos cada uno en nuestro grupito de catequesis en la parroquia nos decía:
"Si queréis hacer parroquia (Iglesia), tenéis que dejar vuestras capillitas, coger unas tortillas de patata e ir al Naranco a comerlas juntos".
Yo ahora, con los años, lo veo cada vez más claro. La vida de las parroquias y en consecuencia de la Iglesia ha de brotar de la unión y trabajo en común de las familias. Son las pequeñas iglesias domésticas de las que tienen que salir el resto de pastorales (infantil, juvenil,...) y el testimonio cristiano.
Nosotros en nuestra parroquia actual, ya estamos dando pequeños pasos en este sentido.
Pido y espero que se llegue a algo parecido en las conclusiones del sínodo diocesano, que durante estas semanas se está celebrando en su etapa final.
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