Cuando uno ve esto desde su ventana...

Cuando uno ve una imagen de este tipo desde su ventana... piensa que nada malo le puede ocurrir en ese lugar. Y si encima esa ventana pertenece al lugar en el que trabajas... piensas que es un lujo vivir en la región en la que vivimos y poder trabajar ahí, tan cerca del mar.

Y es que... sin comerlo ni beberlo, parece que mi vida laboral me lleva siempre a parajes cada vez más metidos en este Cantábrico nuestro que tan buenos paisajes nos proporciona.

 

Siempre pensé que trabajar en Juliana tenía su encanto... nada que ver con un polígono industrial... siempre tan cerca del agua y con ese paisaje de fondo que infundía tranquilidad. Desde mi oficina podía ver el agua y pensaba que era un privilegio poder ver el mar mientras hablaba con suministradores que vivían mucho más al interior, en sitios como Madrid, y que me preguntaban por el tiempo, la playa y demás.

En Gondán el ambiente es muy parecido...  aquí la vista disfruta más aún si cabe... el entorno no es nada industrial y disfrutar de los paisajes que ofrece la ría, sobre todo, en días soleados, es un lujo a los que no todos tienen acceso. 

Viceroy sé que me entendería... cada vez entiendo mejor su relato titulado "El Hijo de la Mar" (inspirado en Tapia de Casariego) y que dio para tantas risas durante una buena temporada... Ahora soy yo la que disfruta de estos parajes y espero ansiosa el momento en el que comentemos largo y tendido nuestras gratas experiencias en el occidente...   :-)